El amor cansa. Nos cansamos de entregarnos, de servirnos, de volver a escuchar lo mismo, de "humillarnos" por amor a ti. Esto es normal, la pregunta es: ¿Cómo busco mi descanso? ¿Lo hago en mi relación matrimonial o intento escaparme?
- Podéis hablar de esto y, si es necesario, perdiros perdón.
En realidad el problema es:
Si la fuente de mi vida es el otro y el otro es el que me cansa, ¿cómo descanso sin dañar mi matrimonio?
Acordaros de la Samaritana, ella, que tenía sed, encontró la fuente de Agua Viva: Cristo, que nos da la Vida Eterna, el Vino Bueno de Caná.
- ¿Cómo vivimos esta relación viva -y necesaria- en el matrimonio?